domingo, 9 de noviembre de 2008

Los regidores y el condohotel de nueve pisos




Del blog "Temas de California", les compartimos este trabajo de Sandino Gámez acerca del Condohotel que se pretende construir en el Malecón de La Paz.
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Sandino Gámez

El día jueves 6 de noviembre de 2008, los regidores, la síndico y la presidenta municipal del XIII Ayuntamiento de La Paz recibieron en comparecencia al Director de Desarrollo Urbano y Ecología municipal, Marco Antonio Domínguez Valles, para que les informara sobre el proceso técnico de autorización del proyecto del Condohotel que la empresa Decope desea construir en el Malecón con más de los cuatro niveles o doce metros que le autorizan las leyes municipales.
El promovente del proyecto inmobiliario, Carlos Estrada, solicitó hace meses al Ayuntamiento de La Paz su aprobación. Esta solicitud fue acompañada de un dictamen técnico favorable del director Domínguez Valles, respaldado a su vez en las “opiniones técnicas” del Colegio de Arquitectos de La Paz y en un comité de imagen urbana municipal constituido según “usos y costumbres” (una figura jurídica inexistente en Baja California Sur), a decir del propio director de Desarrollo Urbano.
Ante la urgencia del señor Estrada —es decir, de un solo ciudadano de La Paz— y la rara disposición del Ayuntamiento para aprobar sin ningún cuestionamiento su proyecto del edificio de nueve niveles en la zona del Malecón, un grupo de nueve regidores (de trece) solicitaron esta comparecencia que duró poco más de dos horas.
Lo expresado ahí es muy significativo porque los regidores pueden, al autorizar la construcción de este edificio, cambiar radicalmente el aspecto, el uso y el destino del principal paseo de los habitantes de La Paz y el mayor atractivo turístico de esta ciudad.
Precisamente, quienes más énfasis ponen en las características de la zona del proyecto son los promoventes del edificio. No se trata sólo de Carlos Estrada: el regidor Carlos Garzón y la presidenta municipal Rosa Cota en declaraciones públicas lo han mencionado, y lo subraya también el “dictamen técnico” de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología municipal. Señalan que su ubicación urbana y la vista de la Ensenada de La Paz que permite es lo que daría valor a la inversión. Por este valor agregado en provecho de un individuo, queda implícito, vale la pena eliminar la planeación urbana de la ciudad.
En esta sesión de Cabildo del 6 de noviembre, repetidas veces el director de Desarrollo Urbano dijo que el proyecto de condohotel de 9 pisos no estaba acorde con el Plan de Desarrollo Urbano (PDU) de La Paz aprobado hace pocos meses y registrado hace pocos días. Sin embargo, también repetidas veces, cuestionó la falta de homogeneidad en las leyes y normas municipales, los vacíos jurídicos y normativos y la carencia de patrones de medidas (“dígame, señor regidor, qué es alto o bajo impacto, déme una definición jurídica que pueda usar”, le exigió al regidor Manuel López). Por ello sólo puede calificarse como brillante para un arquitecto, pero extremadamente maliciosa para un servidor público, la manera cómo defendió su aprobación al proyecto de nueve pisos subrayando que era un dictamen “técnico” cuando lo que hizo fue interpretar, siguiendo su criterio personal y el de otras personas favorables al promovente (como el presidente del Colegio de Arquitectos que trabaja directamente para Decope), las leyes y normas municipales que antes había calificado de imprecisas.
No sorprendió al Cabildo que el director Domínguez afirmara que el promovente Carlos Estrada no hubiera entregado todavía el proyecto ejecutivo del condohotel de nueve pisos. ¿Cómo se hicieron entonces los dictámenes favorables si no se tuvo toda la información relativa al caso? En otro momento la regidora Rosa Montaño preguntó al director por qué sólo había considerado las opiniones a favor en su dictamen, sin considerar las opiniones en contra de un sector creciente de la sociedad civil paceña. Domínguez respondió que a él no le había llegado “por oficio” alguna de esas opiniones. Pero no aclaró tampoco si la había convocado, por oficio, a hacerlo. Seguramente ninguna ley ni reglamento se lo ordena, por supuesto.
Hasta el momento, ni la dirección de Desarrollo Urbano y Ecología, ni el Cabildo ni alguna otra dependencia municipal ha puesto a disposición del público mayor información sobre el edificio de nueve niveles que la aparecida en la prensa, y la falta de sensibilidad social de los promoventes es irritante. El regidor Carlos Garzón, por ejemplo, había dicho en un programa radiofónico que el proyecto de condohotel de nueve pisos se aprobaría sin duda, aunque habría que tropezarse “con algunas piedras sociales”. En esta comparecencia, sin embargo, su participación fue discretamente medida sólo para implicar la subordinación del PDU y las leyes municipales que impiden la construcción de edificios con más de cuatro pisos en el Malecón, ante la supremacía de la ley estatal. No mencionó que ésta es muy general, justamente, porque supone que los Ayuntamientos harán planes precisos de ordenamiento como el PDU.
Además de Carlos Garzón, muy vinculado al sector de la construcción que lidera Decope, expresaron su opinión a favor del edificio de nueve pisos en el malecón los regidores Edna Durán, Óscar Castro y Ventura Moyrón. La regidora Durán criticó la miopía de quienes habían hecho un Plan de Desarrollo Urbano que impedía que La Paz fuera como muchas otras ciudades de México y el mundo (no mencionó cuáles) y que los empleos eran necesarios: “no es posible que nuestros egresados profesionistas anden de empacadores o acomodadores en las tiendas de autoservicio”. En el mismo tenor, los regidores Castro y Moyrón hablaron de la politización del asunto y de la importancia de darle prontitud a la decisión “para dar certidumbre a los inversionistas”. “Ya se nos fue una inversión muy buena”, expresó Castro, sin precisar más.
Los regidores apenas mencionaron lo que significa la planeación urbana como estrategia económica y el proceso social que significó la creación del Plan de Desarrollo Urbano (en el que participó destacadamente Decope) que ahora se quiere desechar para favorecer a una empresa o a un individuo. No se formuló la pregunta de por qué el Cabildo, el Ayuntamiento y las leyes municipales deben adaptarse a un solo inversionista y a su visión económica, en lugar de exigirle que adecue su proyecto a los cuatro niveles (o 12 metros) bien justificados del PDU, ni por qué el grueso de la sociedad paceña tiene que subordinarse a los objetivos económicos del sector empresarial, de la construcción o de los servicios turísticos de este municipio.
Es cierto que estos grupos son los más organizados: pero es porque son muy pocos individuos. También es verdadero, aunque relativo, que con sus negocios mueven una parte importante de la economía local (no toda), pero esto lo hacen por lucro personal y no por otorgar un beneficio colectivo. Dejar que conduzcan el destino de todos, la planeación de la ciudad y el orden jurídico no puede ser bueno ni para ellos mismos.
Con este asunto del condohotel de nueve pisos, en resumen, los regidores y la presidenta municipal, por su propio gusto, se encuentran determinando su futuro como conductores de la vida colectiva de este municipio

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